miércoles, 30 de septiembre de 2009

Mujeres: La Historia SILENCIADA

Ciclo de conferencias dictadas por Fatima Enciso Caballero y Marcia Mendieta Mendieta en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia los días 25 y 31 de agosto y 2 de septiembre de 2009 invitadas por la Fundación Mujeres del Sol y la Universida Popular Igualitaria Andrés Ibánez.

La pregunta: ¿Quiero seguir viviendo? Y si la respuesta es afirmativa, ¿en qué condiciones lo quiero hacer?

Y una pregunta tal vez necesaria de hacer antes de responder la anterior sería:
¿Qué es una mujer? ¿Es acaso solo la respuesta a un Adán desesperado por la soledad? ¿Acaso sólo una costilla prestada sin futuro? ¿O tal vez un ser condicionado a la esclavitud reproductiva, con el alma excluida por mandato divino?
¿Qué es la mujer ayer, hoy? ¿Acaso sólo el grito silenciado que pide una revalorización histórica o una estadística necrológica de muertes en la clandestinidad de los accidentes por abortos?

A estas y a miles de preguntas la sociedad aún no ha dado respuestas. Partamos de la revisión de la historia que presenta situaciones, datos, experiencias, que nos permiten encontrar elementos de apoyo, y aun así hemos de seguir preguntándonos ya que se trata de una historia que oculta lo que realmente ha ocurrido.

La historia de la rebelión contra el silencio ha sido llevada adelante por mujeres que han logrado romper los muros instalados alrededor. No pudiendo el sistema detener las voces y las intenciones de esas mujeres, ha utilizado el artilugio de elevarlas a la historia en calidad de “heroínas” convirtiéndolas en seres inalcanzables y cristalizados, de tal modo fueron desterradas al limbo de la utopía, desprovistas de toda humanidad, y como lo inalcanzable no se puede alcanzar (valga la rebusnancia) ya nadie seguiría ese modelo y todo intento estaría inevitablemente destinado a la frustración.

Toda frustración manipulada desemboca irremediablemente en rebelión. Nuevas generaciones de mujeres han puesto en marcha las luchas por la defensa de sus derechos, saltando por encima de las condiciones objetivas de su época, ocupando espacios sociales históricamente negados, como es el caso de las mujeres sindicalistas libertarias.

Volvamos por un momento atrás e instalémonos justo ahí en el Medioevo (Medio Evo), veamos por unos minutos qué ocurría con las mujeres en ese momento histórico. Ese fue el momento en que las mujeres científicas, también llamadas alquimistas o humanistas, pusieron en tela de juicio toda mecanicidad histórica, apoyadas en la experiencia científica y en una mirada abierta hacia el mundo. Fue en ese momento que se encendieron las hogueras, fue en ese momento que se abrieron las mazmorras de la inquisición y también fue en ese momento en que a la mujer se le negó toda humanidad; ellos (la inquisición) las llamaron “herejes” y luego las bajaron de categoría, calificándolas de brujas. Así, de este modo, el sistema asesinó a miles de mujeres, intentando con ello sostener un teocentrismo absurdo impregnado de un fanatismo misógino y criminal, aun así fracasaron.

La prueba más contundente del fracaso de la moral criminalizadora se vería encarnada en las acciones de muchas mujeres, entre ellas, Emma Goldman, quien nacía en el año 1869 y que algún tiempo después de su nacimiento cuestionaría severamente al sistema desde una certera inteligencia y una visión descarnada del tiempo en el que le tocaba vivir.

MUJERES LIBRES
“La arrestaron tan a menudo que cada vez que hablaba en público llevaba consigo un libro para leer en la cárcel. Era Emma Goldman y su delito doble: Ser anarquista y feminista, orgullosa representante de las mujeres que se auto designaban “Mujeres Libres”, teniendo a la libertad como principio de todo y que las relaciones entre los sexos tenían que ser absolutamente libres. Siempre se mantuvieron en tierra de nadie. Por un lado, como estaban contra la autoridad y el Estado, quitaban importancia a la reivindicación de las sufragistas sobre el derecho al voto y por otro, para ellas, la propuesta comunista - que el Estado regulara la procreación, la educación y el cuidado de los niños - era una idea, cuanto menos, peligrosa.


Afirmaba que el desarrollo de la mujer, su libertad, su independencia, deben surgir de ella misma y es ella quien deberá llevarlos a cabo. Primero, afirmándose como personalidad y no como una mercancía sexual. Segundo, rechazando el derecho que cualquiera pretenda ejercer sobre su cuerpo, negándose a engendrar hijos a menos que sea ella quien los desee, negándose a ser la sierva de dios, del Estado, de la sociedad, de la familia…

En 1915, ante una audiencia mixta de 600 personas en Nueva York, explicó por primera vez en toda América, cómo se debía usar un anticonceptivo. Fue arrestada de inmediato y después de un juicio tormentoso y sensacional, se le dio a elegir entre pasar 15 días en un taller penitenciario o pagar una multa de 100 dólares. Eligió la cárcel y la sala entera la aplaudió. Desde los medios de comunicación se escribieron cosas como: “Emma Goldman fue enviada a prisión por sostener que las mujeres no siempre deben mantener la boca cerrada y su útero abierto”.

Goldman mantenía que, para las mujeres, el cambio no vendría de reformas como el derecho al voto. Para ella, lo importante era una revolución que surgiera de las propias mujeres, no tanto de la conquista del poder, como de la liberación del peso de los prejuicios, las tradiciones y las costumbres. Su análisis sobre la condición de oprimidas de las mujeres se centraba en el problema sexual, este era el arma más importante que la sociedad esgrimía contra las mujeres”.

Los modelos orientan la conciencia y develan la posibilidad de las transformaciones profundas de los momentos históricos sociales y de ello depende la acción humana. Los modelos definen la dirección mental y la intencionalidad, generando el ámbito para la evolución humana. Basta con que los atributos de los modelos salgan a la luz para que grandes conjuntos tomen referencia de él e incorporen esos valores, que luego se transformaran en acciones concretas de cambio y un camino hacia la evolución. Allá en la historia están esperando estos modelos con sus atributos de fuerza, sabiduría y bondad, para acompañarnos en la acción transformadora de este mundo.

EL PROBLEMA DE LA MUJER
En nuestra vasta y muy golpeada Latinoamérica, también las mujeres tuvieron un protagonismo esencial en la lucha por nuestros derechos fundamentales.
Serafina Dávalos, nacida en Paraguay, supo hacer latir con su voz los vientos de cambio de ese nuestro pequeño país.

Primera egresada universitaria, abogada y primera feminista del Paraguay Su tesis "Humanismo" suscitó gran escándalo, pues cuestionaba las bases de la opresión de la mujer. Consideraba la igualdad jurídica como determinante del cambio de la situación social de la mujer. “Obligada por el reglamento de la enseñanza superior del país a presentar una prueba escrita para optar al título de doctora en derecho y ciencias sociales, no puedo resistir al deseo de decir algo sobre un problema social palpitante, cual es, el llamado PROBLEMA DE LA MUJER por algunos, feminismo por otros y humanismo según mi modo de ver, a pesar de la grandiosidad de sus proyecciones, en mi TRIPLE carácter de mujer, de estudiante y patriota”.

En una época histórica dominada por la presencia masculina y la desvalorización de la mujer, Serafina supo abrirse paso y sobresalir en representación de su género. Con un espíritu valiente y visionario abogó por la superación de los géneros, la plena igualdad de derechos.

“Como amante de mi patria experimento un profundo dolor al contemplar el aniquilamiento de la raza paraguaya, aquella raza que en otrora ha probado su varonil pujanza en lucha desigual y ese aniquilamiento avanza con marcada vez más precipitada por numerosas causas, siendo, la dominante la gran corrupción de las costumbres, la mujer-mercadería y mercadería envilecida por su abarrotamiento, su calidad estrujada, convirtiendo este estado de cosas en un mito, la moralidad en el seno del hogar paraguayo, salvo honrosas excepciones; constituyendo un ambiente malsano que envenena con sus miasmas deletéreos todo el organismo social, el cual, agotado y enfermo, camina a su extinción, se convierte en fácil presa de la audacia y la perfidia, que en maléfico consorcio acabarán de darle el golpe de gracia arrojándolo al limbo donde se unirá a los otros estados muertos por falta de viabilidad”.


La mujer como ser biológico. Todas las veces que se habla del “Problema de la Mujer”, lo que más despiadadamente se explora en contra de ella, es su condición de madre. En efecto, sus impugnadores declaman sobre lo sublime y santo de la maternidad, haciendo alarde de una sensiblería hipócrita. Luego enuncian, con los honores de una verdad inconclusa, que la única misión de la mujer es la de ser madre. En paridad de circunstancias, ¿por qué no se ha de sostener que la única misión del hombre es la de ser padre? esto es pretender que la mujer no tiene valor individual alguno; que sólo sirve como instrumento de fabricar hijos y si no cumple tal fin, ¡que perezca! Extraña y absurda idea que riñe con la personalidad humana.

Serafina promovió la creación del Movimiento Feminista de Asunción, coincidiendo con la presentación de un proyecto de ley sobre derechos civiles y políticos de la mujer. Su inquietud por la situación de la mujer la llevó a ser Consejera en 1951 de la Liga Paraguaya Pro Derechos de la Mujer, donde cumplió una importante labor en la modificación de leyes discriminatorias contra la mujer. Desde 1956 fue Presidenta Honoraria de dicha Liga.Luchadora incansable y activista permanente, accedió por su prestigio a integrar el Tribunal Superior de Justicia. Falleció en 1957, casi en la indigencia.En 1961 se aprueba en Paraguay la Ley 704 "De los Derechos políticos de la mujer". Siendo el último país americano en otorgar el derecho a voto para las mujeres. Sin embargo, por sancionarse este derecho bajo la dictadura institucional de Stroessner, no es sino hasta 1989 que pudieron participar en elecciones, aunque con mínimas garantías, las que dieron inicio a la transición hacia un régimen democrático.

Actualmente se concede el premio "Serafina Dávalos" para promover el trabajo y el reconocimiento al esfuerzo del mejoramiento de las condiciones de vida de las mujeres paraguayas.

DENUNCIAR LA INVISIBILIDAD
La invisibilidad se articula a partir de una cultura condicionante que se apropia de la subjetividad de las mujeres, obstruyendo la toma de conciencia de derechos y se generan modelos cristalizados, a lo que se agrega una educación mecánica y sistemas de relaciones basados en la represión, la frustración, la incomunicación y en consecuencia la violencia.

Hemos de referirnos a la cultura condicionante describiendo un fenómeno que se da a partir de la transmisión de pautas de conducta; roles asignados que definen el comportamiento de una persona, en este caso de lo que “debe” ser y hacer una mujer.

Pautas de conductas que llegan a la misma, de años y siglos anteriores como recetas estáticas, como meras repeticiones de acciones de generaciones anteriores; ubicándolas en un espacio mínimo de pasividad, de sufrimiento, casi hasta como una virtud. La mujer abnegada, sufrida, la que calla y soporta en un silencio angustiante dentro de sí y dentro de su “hogar”, posponiéndose a sí misma en nombre del sacrificio por los demás, sean padres, pareja y posteriormente hijos, constituye el perfil actual pre-establecido.

Como lo expresa Ezequiel Ander Egg en el libro “El mito es creer que la mujer es así por ser mujer, y no por ser de nuestra cultura, como sucede en realidad”
“El género es un conjunto de conductas aprendidas, moldeadas por las expectativas que surgen de la idea de que ciertas cualidades, conductas, características, necesidades y funciones son “naturales” o deseables en el hombre, mientras que otras lo son en la mujer. El género es un elemento fundamental del poder y la desigualdad. A los roles de género de la mujer generalmente se les atribuye menos valor político, económico, social y cultural que a los hombres”.

¿Cómo es entonces que podríamos hablar a una mujer de creatividad, desarrollo interno, arte, revalorización y tiempo para sí misma?
El sistema ha tratado de apropiarse de su subjetividad, de esa esencia particular que la va constituyendo como ser humano, con necesidad de ver, de crecer, de hacer, de construir libremente (mente libre), sin imágenes estereotipadas. La evasión de la propia subjetividad tendría el irremediable desenlace de infelicidad, una alienación voluntaria al cotidiano mediocre y sacrificado, supuestamente la lleva a su sitial de gloria o realización.

He aquí la importancia de prestar atención a los mandatos sociales que llegan a nosotras con el rótulo de lo “normal” y lo “correcto”; he aquí la importancia de detener unos instantes la carrera cotidiana y centrarnos en nosotras mismas, para que las lágrimas y la autocompasión dejen de ser la única forma de expresión de rabia y rebeldía de una mujer; he aquí la importancia de formular y analizar preguntas; he aquí la importancia de la búsqueda de una adecuada condición de desarrollo humano para las mujeres, más allá de las condiciones objetivas, más allá de las razas y los lugares de origen, la edad y las circunstancias aparentemente irremediables, que han sido motivo adicional de opresión y exclusión.

La historia muestra sólo en parte la larga lucha de las mujeres en defensa de los derechos que la resguardan, de igual modo el sistema opera condicionando la adquisición de herramientas que den la posibilidad de comprensión y toma de conciencia.

Resulta pues difícil dar las respuestas necesarias ante situaciones en las que la mujer opta generalmente por quedarse en el molde, ese molde internalizado que no le permite accionar.

El sistema opera a través de ejes resaltantes como lo son: la coacción, el miedo y las necesidades. Con ello se explica el porcentaje enorme de mujeres que sufren de violencia sin vistas o posibilidades de superación de dicha situación, porcentaje que en realidad es mucho mayor teniendo en cuenta que el silencio de miles de mujeres las sigue ubicando en situación de siguientes en la lista de defunciones.
En mi país siguen muriendo miles de mujeres por causa de la práctica de abortos clandestinos y en condiciones infrahumanas.

La muerte de una madre embarazada no puede ser comparada cualitativamente con la mortalidad de otro grupo social porque el embarazo no es una enfermedad. Estas muertes son consecuencia de una patología concomitante o una complicación del embarazo. En la mayoría de los casos su tasa se interpreta como expresión del desarrollo de un país o el funcionamiento de su sistema de salud, pero pocas veces como demostración de la valoración social de la mujer en una etapa sustancial de su vida.


En nuestro país se registra una de las tasas de mortalidad materna más altas de Latinoamérica. En 1999 fue de 114,1 x 100.000 nacidos vivos, en 2003 de 182,1 y en 2005 de 130,12. Llama la atención que las tasas más elevadas del país se dan en los departamentos con áreas urbanas más desarrolladas, de lo que se concluye a priori que existe un subregistro importante en las regiones rurales ya que la atención médica y el acceso a la salud son muy precarios y limitados2.

“El hecho de que la muerte materna es prevenible exige una explicación del Estado cuando no se puede evidenciar que está disminuyendo”
Las leyes están escritas y sin embargo no llegan a cumplir con su función si no se las lleva a la acción, si no se las cumple. La realidad objetiva no llega hasta mi, ¿Cómo puedo entonces defender lo que no conozco?

El Estado debe generar mecanismos que posibiliten la libre expresión, o sea, estamos refiriéndonos a mecanismos sociales de expresión, tales como los plebiscitos o referéndums, para que la población pueda decidir a través de una democracia directa, dicho de otro modo, para que se puedan articular mecanismos de fiscalización eficaces de los Estados deberían plantearse un salto cualitativo que sería pasar de la democracia formal a la democracia real.

UN TESTIMONIO, MIL HISTORIAS
Ahora, a modo de ejemplo, pasamos a relatar el testimonio de Betty Cartasegna, caso emblemático que refleja la situación de millones de mujeres en el mundo y en nuestra región latinoamericana.

“Me casé a los 17 años con un embarazo de 7 meses a cuestas y con sentimientos de tristeza y alegría al mismo tiempo. Dos meses después nació mi niño, precioso, reconozco que me sentí cómoda y feliz en mi rol de madre; lo triste era que el papá ni miraba a su hijo.

Al principio yo era la reina, la mejor, la única, sin embargo pocos meses después él empieza a salir a bailar los fines de semana, si me quejaba me pegaba. Llegó un segundo niño y luego una niña; las cosas ya no estaban nada bien, aun así nunca hablé con nadie de mis problemas.

En algún momento dejé de ser la mejor para pasar a ser la inútil, la que no sabe hacer nada bien. La violencia de su parte fue en aumento y como se da siempre en estos casos; YO mujer…fruto de nuestra sociedad machista sentía que TODO ERA MI CULPA.

En esto; mucho colaboraron mi madre y mi suegra que siempre justificaron las acciones de él.

A esta altura ya tenía todo prohibido; tener amigas, participar de alguna reunión, incluso salir a hacer las compras. Tomar anticonceptivos estaba ‘Prohibidísimo’ porque según su brillante cabeza las mujeres toman anticonceptivos para acostarse con todos los hombres que encuentran.

Yo le planteé que nos separáramos y él fue contundente; dijo que si me iba mataría uno por uno a mis hijos y luego a mí. Como yo no quería tener más sexo con él, comenzaron las violaciones.

Dos niñas más que vinieron al mundo porque yo me negué a abortarlas, todo estaba peor pero nunca se me ocurrió buscar ayuda…Me enfermé y fui internada con una úlcera con hemorragia gástrica, desde el sanatorio me mandaron a seguir un tratamiento psicológico y a partir de ahí empezó el cambio, me animé a hacer la denuncia penal por abusos y violación que legalmente no sirvieron de nada pero sí me dio fuerzas y seguridad en mí misma para tomar la decisión de salir de la casa con mis hijos.

Felizmente conté con la ayuda de mucha gente que me direccionó; a dejar mi país, me consiguieron trabajo y me ayudaron económicamente.

Ya pasaron 16 años de aquel día y puedo decir que desde entonces sé lo que es vivir en libertad, lo que una mujer puede llegar a conquistar con el solo hecho de saberse capaz como todo ser humano y sobre todo como un ser en conexión directa con la naturaleza como ningún otro ya que cuenta con la posibilidad de trascender; creando vida y trasformando a su paso lo que se proponga.. Hoy sé que miles de mujeres pasan por lo mismo, lo cual resulta un hecho criminal más que nada porque se lastima y mata en vida a alguien por demostrar que se es fuerte o poderoso, dando olvido total a un supuesto amor o simplemente a que no existen diferencias entre seres que buscan construir un camino digno en este corto y a veces largo y tortuoso chiste de vivir”.

Al final dijo, parafraseando a una mujer británica: “Realmente no sé qué fue lo que aquella noche me decidió a llamar a la policía, pero siempre digo que fue el verme limpiando mi propia sangre” (Expresiones de una mujer británica que sufrió los golpes por parte de su pareja durante ocho años- Datos de Amnistía Internacional).


LINEAS DE INTERPRETACIÓN
Desde aquí planteamos la urgente necesidad de comprender adecuadamente la situación de las mujeres, para poder llegar a tiempo a situaciones de violencia y desamparo en que se encuentra. Así mismo, plantear líneas de interpretación que aporten a la comprensión en profundidad de los elementos que nos mantienen en estado de opresión y exclusión. Para ello, hemos tomado tres ejes como punto de partida: toma de conciencia, no victimización y organización, tomando en cuenta la cultura condicionante, los modelos cristalizados que operan en la memoria y la invisibilidad de la problemática de las mujeres.

- Toma de conciencia
- Cultura condicionante
- Modelos cristalizados

Paralelamente, se hace necesario también abordar los puntos que abajo se mencionan, los cuales acá señalaremos en forma rápida, por cuestiones de tiempo, sin que ello signifique en irrelevancia de los temas. Al contrario, son temas de fondo que hacen a la vigorización de los elementos discriminatorios para las mujeres.
· Institucionalización de estereotipos
· Naturalización de roles
· Comunicación y medios utilizados para refuerzo del sistema.
· Las creencias y tradiciones condicionantes


Revictimización de la mujer
“El argumento de la mística de la femineidad puede resumirse en la siguiente frase: la mujer está constituida por la naturaleza para ser madre; en consecuencia, toda su vida (sus proyectos, intereses, aspiraciones, etc.) debe estar subordinada a esta sagrada y sublime misión. Es decir, que el eje de la vida femenina…no es la dignidad ni la felicidad propia, sino la ajena, la del esposo e hijos, y si no hay hijos, ni esposo, la del padre o hermano, y cuando estos faltaren, la de la entidad abstracta género masculino”. A esto se refiere cuando hablamos de institucionalización de estereotipos.

“Esta mística de la femineidad está tan internalizada en miles de mujeres que en cuanto quieren liberarse de ciertas ataduras del hogar; comienzan a sentirse traidoras a su ser femenino, malas madres, malas esposas…La ideología del dominador está introyectada en el dominado y la liberación se hace muy difícil” (Ander.Egg, Ezequiel, 19.. - Pág.39)

Las implicancias de la toma de decisión en la mujer que se encuentra en situación de violencia, resultan complejas, ya que no se trata de que la mujer quiera seguir en ese círculo de violencia en forma voluntaria, como hemos visto existen factores desde antes de nacer, factores que desfavorecen inmensamente la toma de conciencia de los propios derechos, de las propias elecciones, de la propia mirada. Aun así contamos con la experiencia de tantas mujeres que buscando dar fin a dicha situación asisten a los canales establecidos formalmente como instancias de resolución, como lo son las comisarias, los juzgados, las instituciones públicas y ongs, y se encuentran con trabas inmensas cual murallas o barreras impenetrables, una enorme burocracia que las re victimiza a cada paso, una metodología rígida y por sobre todo encargados de turno, por así decirlo, ineficaces y sin una formación pedagógica que posibilite orientar a la mujer hacia una nueva forma de acción en el mundo, hacia nuevas posibilidades, posibilidades que en parte dependen de ella, no desde la situación de víctima, sino de agente transformadora de su proceso personal y las condiciones en las que se encuentra.

A modo de reflexión presentamos a continuación ejemplos de trabajo, organización y entrega de mujeres que se han unido, a partir del espanto en lucha por la erradicación de la discriminación y los enormes atropellos cometidos hacia mujeres como ellas.

PARTICIPACIÓN PROTAGÓNICA
Comerciar sin fronteras… y sin escrúpulos
“Vamos a aceptar, en nombre de la paz, la libertad, la democracia y las mejoras económicas un sistema que ha normalizado la dominación, la crueldad y el trato degradante?” (Malka Marcovich).

El enemigo principal, ¿cuál es? ¿la dictadura militar? ¿la burguesía boliviana? ¿el imperialismo? No, compañeros.

Yo quiero decirles estito: nuestro enemigo principal es el miedo. Lo tenemos dentro.
Estito dijo Domitila en la mina de estaño de Catavi y entonces se vino a la capital con otras cuatro mujeres y una veintena de hijos. En navidad empezaron la huelga de hambre.

Nadie creyó en ellas. A más de uno le pareció un buen chiste: “Así que cinco mujeres van a voltear la dictadura”

El sacerdote Luis Espinal es el primero en sumarse. Al rato ya son 1500 los que hambrean en toda Bolivia.

Las cinco mujeres, acostumbradas al hambre desde que nacieron, llaman al agua “pollo” o “pavo” y “chuleta” a la sal, y la risa las alimenta. Se multiplican mientras tanto los huelguistas de hambre, 3000, 10.000, hasta son incontables los bolivianos que dejan de comer y dejan de trabajar y 23 días después del día del comienzo de la huelga de hambre, el pueblo invade las calles y ya no hay manera de parar esto.

“Las cinco mujeres han volteado la dictadura militar” (Eduardo Galeano, 1978, La Paz).

Millones de mujeres hacen estito mismo en todo el mundo. Durante la última gran crisis en Argentina, con la quiebra financiera del país y la implantación del corralito, las mujeres organizaron el reparto de comida, por las barriadas, resucitaron el trueque y resolvieron la mayor parte de las necesidades básicas con productos que ellas mismas se ingeniaron en las casas.

Son las mujeres Sahariauis las que han levantado un país en el medio del desierto. Han conseguido escolarizar a todos los menores, han creado guarderías y mantenido huertos en la arena. La resistencia afgana frente a los talibanes fue organizada y sostenida por las mujeres de RAWA que desafiaron las prohibiciones, la violencia y el terror de los fanáticos. Ellas organizaron las escuelas clandestinas para las niñas, la asistencia sanitaria negada a las mujeres y recorrieron el mundo denunciando la situación que soportaban en su país con identidades falsas y reuniones clandestinas.

Años antes, las Madres de Plaza de Mayo Argentinas, también las Abuelas, las Viudas de Guatemala y las Mujeres Chilenas se enfrentaron a la impunidad de los militares, se negaron a aceptar las leyes de punto final con las que los gobiernos de sus países quería olvidar las pesadillas de las dictaduras, exigieron la verdad, sin ceder a la resignación.

En 1988 en medio de la primera intifada, 10 mujeres vestidas de luto y en silencio fundaron Mujeres de Negro. Eran israelíes y palestinas, juntas, exigiendo la paz. Actualmente, hay más de 1200 delegaciones de Mujeres de Negro por todo el mundo. En Belgrado, en Colombia, en España…

Así, no es de extrañar que las mujeres formen la base del movimiento antiglobalización. Es el movimiento feminista y su forma en redes de solidaridad antijerárquicas y participativas, el que sirve de precedente al movimiento antiglobalización. El nombre surge en la protestas de Seatle, en diciembre de 1999, cuando 50.000 personas llegadas de todo el mundo se organizaron para protestar contra la Cumbre de la Organización Mundial de Comercio. “Otro Mundo es Posible” fue el grito que se escucho en el primer Foro Social Mundial que se celebró en Porto Alegre, Brasil, en febrero de 2001, como respuesta a la cumbre de Davos. En esta ciudad suiza se reunían en las mismas fechas los poderosos del mundo.

Pactos entre mujeres
La constitución de las mujeres en sujeto político pasa por la lucha reivindicadora y ésta ha encontrado la fórmula más eficaz y adecuada en los pactos entre mujeres. Si las mujeres no han constituido una fuerza política, ni han ejercido poder relevante en el espacio público, ha sido justamente por su dispersión atomizada en los espacios privados. No es inocente ni banal la idea de que una reunión exclusiva de mujeres haya sido siempre estigmatizada hasta en el lenguaje cotidiano: Aquelarre, ¿Están solas? -ante un grupo de media docena de mujeres-, reunión de ovejas…

La conciencia femenina de su sometimiento dentro de la estructura patriarcal y la revuelta ante el mismo recibe un nombre inicial: sororidad. Un concepto que, como indica su raíz etimológica, Sor, hace alusión a la hermana, a la hermandad de las mujeres en la conciencia y el rechazo del papel que les ha tocado jugar en el guión patriarcal. Explica Luisa Posada que es el reverso de la fraternidad como hermandad de los varones, los hermanos, la sororidad como relación interpersonal es al menos tan antigua como la fraternidad, pero no se retoma políticamente hasta la tercera ola del feminismo. En los años 70 del siglo XX es cuando se insiste en la opresión común sufrida por todas las mujeres, más allá de las diferencias de clase, raza, religión o cultura. Todas las mujeres eran hermanas bajo una misma dominación y una esperanza de lucha.

La sororidad plasmada en la acción y en la participación política, ha sido el fermento de los pactos entre mujeres hoy posibles. El feminismo tiene clara la idea de que “el poder de una mujer individual está condicionado al de las mujeres como genérico”.

La experiencia real más exitosa de los pactos es la vivida por el feminismo político noruego, que se saltó las diferencias ideológicas: “Trabajad juntas, desde las comunistas a la izquierda, hasta las conservadoras a la derecha, para que podamos conseguir ese 50% al que tenemos derecho”, pedía Berit As ya en 1990, explicando que la democracia no puede funcionar a menos que haya ese 50% de mujeres en todas partes. Con su experiencia, demostraron no solo que EL PACTO ES POSIBLE, sino que la participación política de las mujeres en un número elevado puede conseguir evitar el fenómeno de contagio. Cuando las mujeres acceden a cotas de poder de una en una, en la mayoría de los casos lo único que hacen es imitar al modelo existente, el modelo masculino, una sola persona no puede cambiar las reglas del juego. Las noruegas insistieron en que no se trataba de entrar sin más, en las esferas del poder patriarcal. Ellas lo hicieron desde la perspectiva y la apuesta feminista. Tenían claro que el enemigo es el patriarcado y su mejor herramienta fue crear una cultura de la solidaridad entre generaciones y entre mujeres y hombres.

¿Dónde están las mujeres?
Las feministas se pasaron las décadas de los 80 contando. Ante la igualdad formal y la falta de concordancia entre ésta y la satisfacción de las mujeres, hubo que ir desenmascarando la realidad. Y la realidad es demoledora. No hay ámbito en el que las mujeres no estén infrarepresentadas.

Las acciones positivas se han quedado a la puerta de las empresas. Se ha comprobado que la fórmula más eficaz para expandir el concepto de paridad fuera del ámbito político se ha dado en aquellos países con organismos que hacen seguimiento de las acciones positivas con carácter ejecutivo. Es decir, que pueden imponer sanciones o rescindir contratos a empresas públicas o privadas que tengan acuerdos con la administración. En España, la primera mujer magistrada del Tribunal Supremo fue nombrada en 2002. El Supremo es el máximo órgano judicial del país, y cuenta con más de 60 miembros; de los 20 vocales del Consejo General del Poder Judicial sólo dos son mujeres. No hay ninguna mujer presidenta entre los 17 Tribunales Superiores de Justicia y sólo tres entre las 50 Audiencias Provinciales, ello pese a que las mujeres representan el 60% de las últimas promociones de la Carrera Judicial y el 40%del total del Cuerpo Judicial.

En los medios de comunicación la situación es igual de patética. A fecha de marzo de 2003, las mujeres dirigían 17 diarios de información general de los 157 que se editaban en todo el país, frente a 140 varones. Las mujeres representaban el 10,8%. Los 5 diarios de información económica estaban capitaneados por hombres al igual que los nueve de información deportiva. En el sector revistas, semanales y mensuales, las mujeres sumaban el 22,8% de las direcciones. De un total de 280, están conducidas por hombres 216. En cuanto a las agencias de información general 46 de las 50 estaban encabezadas por hombres y 4 por mujeres que representaban el 8% de los directores. Así, del total de los medios de comunicación escritos, 501, las mujeres conducían 85, lo que supone un 16,9%.

También las mujeres constituyen más del 50% del alumnado universitario, pero sólo ocupan el 10% de las cátedras. Durante el verano del 2004, Pilar Aguilar realizó un estudio sobre los cursos de verano de las universidades. Las proporciones eran similares para todas. En la Universidad Internacional Menéndez Pelayo por ejemplo, 138 de los cursos programados fueron dirigidos por hombres, 6 por mujeres y 7 co-dirigidos por ambos sexos.

Según la FEDEPE, Federación de Mujeres Directivas Ejecutivas Profesionales y Empresarias, las mujeres componen el 4% del total de altos cargos en las empresas.
Una última propuesta. Para estrenar las gafas violetas, no sería mala idea preguntarse siempre: ¿Dónde están las mujeres? Desde la Declaración Mundial de los Derechos Humanos hasta los resúmenes de Fin de Año de las televisiones; después de los cursos de verano de las universidades hasta el listado de los puestos directivos de los Colegios Profesionales; desde las academias a los Consejos de Administración de las Empresas. Preguntárselo ante los libros de Historia, las portadas de los periódicos, los ensayos clínicos, los especiales al estilo de las 100 canciones del siglo XX, o las diez mejores novelas de la década… ¿Dónde están las mujeres?

El trasnochado techo de cristal
Como algunas mujeres han accedido y están accediendo a cargos relevantes tanto en política como en economía, parece que el camino está despejado para todas. Los Medios de Comunicación también se encargan de dar una falsa imagen de la realidad hablando del boom femenino, en cuanto aparecen dos mujeres destacadas en un mismo sector. Así, denuncias de situaciones de discriminación históricas parece que están trasnochadas. Es el caso del techo de cristal, expresión que se utiliza desde hace décadas para explicar las dificultades que tienen las mujeres para acceder a puestos de responsabilidad. Cuanto más poder y responsabilidad tenga el puesto, peor, más dificultades para llegar. Las cifras demuestran que el techo de cristal no se ha roto y desmienten esa falsa imagen de centenares de mujeres copando cargos de responsabilidad.

Uno de los indicadores clave en este sentido son los Consejos de Administración de las grandes empresas. Sus miembros gozan de poder para decidir el curso económico del mundo.

En la mayor parte de los casos, la composición de los Consejos de Administración es desproporcionadamente masculina. En el año 2002 un informe de la Corporate Women Directors International (Corporación Internacional de Mujeres Directoras) realizado en España refleja lo mencionado anteriormente. Sólo el 24% de 300 entidades tienen mujeres en sus consejos, el 76% no cuenta con ninguna mujer. Japón tiene una representación femenina del 2% en todas las entidades que cotizan en sus 9 bolsas.

La feminización de la pobreza
La globalización potencia la liberalización de las relaciones económicas y los procesos de integración entre países y mercados, pero no ocurre lo mismo cuando se trata de personas. Las posibilidades de migrar en forma legal son cada vez menores, sin embargo, los flujos migratorios son incontrolables y las personas siguen pensando en abandonar sus países, como la única salida a situaciones de precariedad, pobreza o desigualdad. En pocos años, las mujeres se han convertido en las protagonistas de los procesos migratorios, abandonando solas sus lugares de origen e insertándose en el mercado laboral de los países de destino, para iniciar una nueva vida.

Esta situación no es casual ya que se constata que la pobreza se extiende cada día más entre las mujeres, hasta acuñar el concepto de feminización de la pobreza. Las penurias económicas, las catástrofes naturales, las guerras y conflictos armados que se suceden en los países del sur, el nivel de desempleo, las reformas económicas estructurales, la falta de oportunidades, las cargas familiares, las discriminaciones sexuales, afectan en mayor medida a las mujeres que ven en la emigración una salida posible. Mano de obra femenina, llega a países ricos y se encuentran tan sólo algunos reductos para el desarrollo. Principalmente, servicios domésticos y servicios sexuales.

LA OPRESIÓN SECULAR
La relación opresor-oprimido se ha establecido entre el hombre y la mujer desde que se instituyó la sociedad patriarcal hace más de dos milenios. La primacía la asumió el hombre y se inició con ello una relación asimétrica, la mujer pasó a depender social, psicológica y económicamente. Se impuso una relación de servidumbre y de obediencia sin cuestionamientos.

Sin embargo, como sujeto oprimido, la mujer también fue asumiendo conductas de rebelión sutil, las mismas que fueron surgiendo como una manera de burlar la opresión, evitando así que el hombre se diera cuenta de su resistencia a la servidumbre: astucia, sigilo, doble discurso, artimañas, enredos, hipocresía, perspicacia, sagacidad, engaño, ardides, trucos, tretas, disimulo, malicia, enmascaramiento, ocultación. Estas han sido formas milenarias de rebelión contra la opresión masculina por parte de las mujeres y estas se han transmitido de madre a hija, de generación en generación. Esta rebelión silenciosa aún hoy es una realidad en grandes sectores de mujeres de la sociedad. La mujer convive con su opresor, tiene hijos con él. El hogar es para la mujer sinónimo de opresión, en algunos casos se convierte para ella en centro de reclusión o campo de concentración, por todos los vejámenes y torturas a que debe someterse por el solo hecho de haber nacido mujer y por la negación de su libertad como ser humano por parte del hombre.

Esta particular conducta de la mujer hacia el hombre se puede caracterizar como ambivalente. Por un lado dependencia psicológica y afectiva, consecuencia propia de una relación de opresión, y por otro lado un profundo odio por el lugar que este le asigna y por los malos tratos explícitos o implícitos que recibe. Esta dualidad da lugar a una paradoja: las mujeres entre sí también establecen relaciones ambivalentes: por un lado comparten algunos secretos de la rebelión que tiene lugar en su día a día y por otro lado consideran a otra mujer una potencial rival o competidora, aspecto este potenciado por el género masculino. Este elemento ha significado una retardación en la posibilidad de una acción conjunta y organizada por parte de las mujeres para liberarse de la opresión masculina en todos los ámbitos de su vida, empezando por el familiar y luego en los espacios sociales.

Otra característica de la psicología del oprimido es la enajenación de la propia subjetividad y este elemento es el mayor retardatario de la propia liberación. La mujer necesita recuperar su propia subjetividad, como dijimos antes, para despertar a la participación y a la conquista de espacios sociales y familiares en igualdad de condiciones y derechos con el hombre. Se hace necesario descubrir todas las modalidades de expresión de la opresión en la relación hombre - mujer, denunciarlas y rechazarlas en forma organizada, en una amplia y fuerte organización de mujeres que vele por el estatus de igualdad de género.

LA IMPUNIDAD AMIGA DE LA OPRESIÓN
Es necesario resaltar en mayor detalle, un ámbito de opresión de la mujer que cumple con la tarea de frustrar todo intento de liberación de las mujeres. Es el ámbito jurídico y de las instituciones relacionadas con la administración de justicia. Son instituciones que velan por mantener el estado de opresión de la mujer, contribuyen a silenciar todas las expresiones de violencia de que es objeto la mujer y no solamente no emiten sentencias condenatorias a las acciones criminales que se realizan en contra de las mujeres como ser asesinatos, violaciones, malos tratos físicos, psicológicos u otras formas de atentado a los derechos de las mujeres, sino que en la mayoría de los casos revictimizan a las propias víctimas. Esto es muy frecuente en lo que se refiere a delitos que se cometen entre cuatro paredes o sin testigos, es decir en ámbitos familiares, privados o amparados en la oscuridad y el aislamiento a que se somete a las victimas mujeres. La mayoría de los actos criminales que se cometen en contra de las mujeres se dan en ámbitos privados, lejos de las miradas de terceros. Esto significa que generalmente no hay testigos que puedan corroborar la versión de la víctima.

Si bien es por todos conocido que la mujer está continuamente sometida a una relación de opresión y por tanto de vulnerabilidad, por cuanto el opresor comparte con ella la esfera privada, las instituciones de justicia se rigen por el derecho masculino de encubrimiento de los delitos producto de la opresión y el ejercicio autoritario del poder. Esto significa que cualquier denuncia de la mujer en contra de un hombre será puesta en duda y se tenderá a investigar más bien a la mujer para demostrar la falta de veracidad de la denuncia.

Es práctica común también minimizar el delito, esconder pruebas, hacer la vista gorda a las evidencias, alivianar las penas. Sin embargo, la mujer durante todo el proceso judicial, es continuamente sospechada y puesta en cuestionamiento, investigada respecto a sus conductas y a su vida en general y si es alguien cuestionadora del orden establecido, inmediatamente se vuelve sospechosa y carente de credibilidad. También es objeto de burlas y nuevos vejámenes por parte de policías y administradores de justicia. Esto con el objetivo de dejar en la impunidad los actos atentatorios a los derechos de las mujeres por parte de los hombres.

MUJERES LIBRES DE PIE
Es por ello importante cerrar filas entre nosotras las mujeres, tomar conciencia de la necesidad de una acción organizada para defender nuestros derechos. La solidaridad de género es un elemento fundamental a desarrollar para superar la situación de opresión e injusticia a que estamos sometidas la mayoría de las mujeres aún hoy. Finalmente, las conductas que han sido históricamente útiles como medida de sobrevivencia a la opresión, debemos dejar de aplicarlas en contra de otras mujeres.

El trabajo que queda por desarrollar de aquí en más es el reconocimiento de nuestra subjetividad y de la subjetividad de todas las mujeres del mundo, para avanzar en la conformación de una gran organización de mujeres que incluya a esa mitad de la humanidad hasta hoy silenciada y oprimida. Se hace necesario escuchar la propia voz interna y ya no solo susurrar nuestras verdades, se hace necesario unir nuestras voces en una melodía de liberación íntima y social. Nuestro movimiento de mujeres ha de ser como el agua, ha de ingresar a todos los espacios posibles, en forma sutil o en torrente, según el grado de resistencia que se encuentre en el camino. La sociedad ha de evolucionar hacia el reconocimiento real de los derechos de las mujeres y hacia la conformación de una sociedad igualitaria no solo en lo social, cultural, económico y político, sino también en lo referente a las relaciones entre los géneros. Para ello es necesario desdeñar definitivamente el silencio.

AL ENCUENTRO DE NUESTRA SUBJETIVIDAD
Finalmente y para ir cerrando nuestra propuesta consideramos fundamental la utilización de herramientas que nos permitan hacer un trabajo de reconocimiento de ese mundo interno y subjetivo desconocido, enajenado de nosotras mismas por siglos de opresión y violencia.

Hasta aquí fuimos revisando paso a paso y conectando las distintas aristas que se consideran a la hora de influir en el psiquismo de una mujer, los factores que influyen al momento de realizar elecciones y accionar.

Llegamos pues a un punto fundamental desde nuestra experiencia de vida y ello consiste en aprender a mirar nuestra propia historia, mirar dentro de cada una de nosotras en una actitud libre y sin prejuicios y tomar la decisión de buscar más allá de lo que nos han contado hasta hoy. Desde lo vivido podemos hoy compartir los resultados que nos han puesto en una situación interior de libertad, sustancialmente distinta de nuestra realidad interna al inicio del proceso de trasformación personal. El haber encontrado el sentido de un trabajo intenso con una misma, revalorizándonos, recordando y resignificando a cada paso aquello que nos hace bien, nuestras virtudes, nuestras posibilidades, nuestras capacidades, para llegar finalmente a comprender que somos verdaderos MILAGROS DEL UNIVERSO!!! Nada ni nadie podrá ya detener nuestro andar. El sentido de la vida ha vuelto nuevamente a nosotras, después de siglos de olvido y de silencio. Si bien nos habíamos olvidado de nosotras mismas como seres libres e inteligentes, ahora hemos vuelto a encontrar nuestra esencia y queremos compartirla con ustedes y con todas las mujeres que se atrevan a buscar dentro de sí el mundo interno que les fue negado, ese mundo que les impulsará a saltar por encima de cualquier dificultad, ese mundo que les impulsará a construir un mundo en libertad para todos los seres humanos. Esa es nuestra misión.

Somos las mujeres las destinatarias de un mensaje de vida y de transformación posible para este planeta.

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